Adiós, órganos autónomos

Para Karina Caballero, el nuevo gobierno es un gigante que arrasa con sus contrincantes y la pérdida de organismos autónomos es su más reciente victoria.

Adiós, órganos autónomos

Pexels: Sora Shimazaki

Para Karina Caballero, el nuevo gobierno es un gigante que arrasa con sus contrincantes y la pérdida de organismos autónomos es su más reciente victoria.

La imagen que utilizo para describir al gobierno actual es un gran gigante que a su paso va arrasando con aquellos débiles contrincantes que a duras penas se atreven a voltearlo a ver. Y con cada enemigo que desaparece, su tamaño crece más. Cuando aún estábamos desconcertados después del duro golpe que dió con la Reforma Judicial, recibimos otra profunda estocada con la desaparición de algunos órganos autónomos. Ambos cambios trascendentales como parte del homenaje que el nuevo gobierno rinde a la memoria de su gran tlatoani, Andrés Manuel López Obrador. 

Los órganos autónomos son instituciones que jurídicamente son independientes de los tres poderes, jerárquicamente se encuentran al mismo nivel y por lo tanto algunos de ellos juegan un rol de contrapeso. Esta última característica es especialmente importante ante un Poder Legislativo y Poder Ejecutivo conformados por la misma fuerza política, y ante un Poder Judicial incierto, por lo menos hasta que veamos cómo se configuran las nuevas elecciones judiciales.

Las instituciones que serán afectadas por la reforma son el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI); el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval); el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT); la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece); la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu); la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) y la Comisión Reguladora de Energía (CRE). Es importante mencionar que estos órganos serán absorbidos por distintas secretarías, de tal manera que las actividades realizadas por ellos seguirán existiendo sólo que a través de otras manos. La propuesta contempla que al COFECE sea absorbida por la Secretaría de Economía; el IFT por la Secretaría de Infraestructura; Comunicaciones y Transportes y el INAI por la Secretaría de la Función Pública; el CONEVAL por el INEGI, la CRE y la CNH por la Secretaría de Energía, y MEJOREDU por la SEP.

El problema principal de esta reforma, al igual que el de muchas otras, es la poca pericia con la que fue estudiada y aprobada. No hubo discriminación ni individualización para revisar las características de cada órgano; todos se metieron en el mismo costal y siguieron la misma suerte sin analizar los beneficios y consecuencias de la desaparición de cada uno de manera independiente. Pues si bien, es cierto que algunos de estos órganos no requerían de su autonomía para ejercer sus funciones e implicaban un gasto posible de ahorrar, hay otros organismos en los que su autonomía es vital. Tal es el caso del INAI.

La absorción de este último me parece principalmente importante. Esta institución permitía ejercer el derecho de la ciudadanía a la información y transparencia de la actuación de las autoridades. Realizaba tareas trascendentales de vigilancia y auditoría para un país que nunca ha sido caracterizado por transparencia gubernamental, y aunque es cierto que quedaba limitado ante las chicanadas utilizadas por los sujetos obligados, era una herramienta útil. Coincido con el oficialismo en que el derecho a la información queda salvaguardado porque aún se puede ejercer ante las dependencias gubernamentales de manera directa y obligarles a la transparencia, pero es importante señalar que toda la información a partir de ahora se puede acusar de parcial al depender de la Secretaría de la Función Pública.

Aunque aún no culmina el proceso de reforma constitucional, podemos ir anticipando que no encontrará ningún contratiempo, pues al menos en los siguientes tres años deberemos de acostumbrarnos a que toda reforma propuesta por el partido oficialista pasará sin dilación ni estudio. Una vez más nos toca atestiguar el fortalecimiento del gran gigante y experimentar las consecuencias de la monopolización del poder.

SOBRE LA AUTORA

Abogada por la Universidad de las Américas Puebla. Co-creadora del podcast Mundo En Corto. Me he desempeñado en derecho corporativo internacional, propiedad intelectual, y derecho digital. Mi línea de investigación y acción son los derechos humanos con perspectiva de género interseccional. Me motiva aprender, cuestionar, desaprender y entender todo lo que me rodea de manera interdisciplinaria.