Blue Monday: ¿El día más triste del año o sólo otro invento del sistema?
En un sistema donde se nos valora por la productividad, parar es un lujo que no todes gozan. Entonces, durante la tristeza ¿cómo podemos sostenernos desde la colectividad?
Primero que nada, quiero desearte un feliz inicio de año a ti que estás leyendo esto, ¿qué tal ha estado tu 2025 hasta ahora? ¿Ya estás empezando a sentir eterno este enero?
Aquí no vamos a mentir por convivir, el inicio de año siempre puede llegar a ser algo complicado para todes. Regresar a la rutina, después de la alegría de las fiestas y las vacaciones puede ser abrumador, por lo cual no sorprende que el Blue Monday, conocido como el día más triste del año, sea en enero. Cada año aprovechamos normalmente este día para hablar sobre la prevención de la depresión y la importancia de la salud mental, haciendo varias campañas de concientización y subiendo posts durante un día o a lo más una semana. Pero, ¿qué hay realmente detrás de este día? ¿De verdad es el día más triste del año?
Este día tuvo su origen a inicios del 2000 cuando un cuate decidió sacarse una fórmula para calcular cuál era el día del año en el que la gente era más miserable. La razón por la que determinó que este día sería el tercer lunes de cada enero fue por los siguientes factores: el clima sigue siendo frío pero sin decoraciones navideñas, empiezan a llegar los estados de cuenta de diciembre, no has hecho ninguno de tus propósitos y básicamente regresas a la vida real de nuevo. Entonces, es alrededor de estas fechas que se empieza a tapizar de consejos y tips para poder sobrellevar este día y sentirnos mejor, junto con un montonal de compañías y empresas ofreciéndonos soluciones para “salir de este momento triste”, volviéndose este día hasta más conocido que el Día Internacional contra la Depresión, que es tan sólo unos días antes.
(Spoiler: este artículo no pretende ser una guía para sobrevivir al Blue Monday.)
Para todo esto, ¿cuál era el objetivo de designar el día más triste del año? Si bien se ha aprovechado para hacer hincapié sobre la importancia de la salud mental y principalmente de la depresión, lo cual es sumamente importante, la realidad es que desde su creación, este día ha recibido varias críticas. Principalmente porque parece que la dizque fórmula para designar el día fue sacada de la manga, además de que se comenzó a utilizar el Blue Monday como una estrategia de marketing con el objetivo de que las personas sigan consumiendo para ya no sentirse tristes.
Y no quiero caer en una respuesta simplista de que el capitalismo es de nuevo el problema —aunque sí lo es—, pero mientras pensaba en este artículo me preguntaba ¿para qué me sirve un día hablar sobre la importancia de la depresión si al día siguiente se me seguirá exigiendo que sea productiva? Me abruman todos estos “tips” para superar la tristeza de este día, pero ¿por qué no me dejan sentirme triste en paz?
La realidad es que cada año se me hace más complicado “arrancar” de nuevo. Claro que me emociono al gritar año nuevo y me como mis uvitas, pero no puedo evitar tener una bola de sentimientos ambivalentes por la expectativa de lo que sucederá el siguiente año. Me parece que este año en particular es complicado porque el mundo está hecho un verdadero caos. Tan solo en las primeras semanas del año ya hay una catástrofe ambiental con los incendios de Los Ángeles, nuevas noticias de personas desaparecidas en Oaxaca y la llegada de Trump al poder —qué irónicamente es el mismo día que Blue Monday—. Si a esto le sumo mis preocupaciones personales y la vida adulta, ¿cómo carambas no me voy a sentir triste y desesperanzada?
Sí, necesitamos hablar de la depresión y la importancia de la salud mental, pero no desde un aspecto individualista dónde une siempre parece ser el problema por sentirse mal, sino que forzosamente debemos hacer consciencia de las implicaciones del contexto en el que vivimos y por lo tanto, hablar de las condiciones que verdaderamente necesitan existir para poder prevenir y atender la depresión. Mencionarlo un día al año no es suficiente porque la depresión y la tristeza no existen sólo una vez al año.
En el caso específico de enero, pienso que tal vez esta experiencia de “volver a la rutina” no sería tan pesada si en nuestro día a día hubiera espacio para vivir más despacio y suavecito. Claro que nos afecta regresar porque la idea de regresar implica muchas cosas como estar todo el tiempo corriendo, estresade y con mil pendientes; y al mismo tiempo dejamos de hacer cosas como leer un libro o echarte una serie, o simplemente no hacer nada sin sentirnos culpables. Regresar a la rutina es complicado porque todo el mundo sabe que la idea de “tiempo libre” no tiene cabida en este sistema. Si a esto le sumamos la exigencia y todo lo que implica tener propósitos o metas de año nuevo, pues claro que puede sentirse como demasiado. Hasta la idea de no haber logrado nuestros propósitos en tan sólo las primeras tres semanas del año, ya se puede considerar como un fracaso y por lo tanto una causa de tristeza, es absurdo. Es decir, el chiste se cuenta sólo.
Es importante reconocer que las razones por las que el Blue Monday es según el día más triste del año, no sólo me parecen capciosas —porque claro que me va a pegar pagar mi tarjeta después de que ofrecieron miles de ofertas en el Buen Fin—, sino que además son sumamente individualistas y simplistas. Comenzando por la primera razón de que el clima es frío ya que seguimos en invierno, cuando sabemos que esta ni siquiera es la realidad porque para todo el Hemisferio Sur es pleno verano, lo que muestra un típico pensamiento occidental, creyéndose el centro del universo. Entonces ¿el día más triste del año sólo aplica para el Hemisferio Norte?
Sí creo que enero y el inicio de año en general pueden ser complicados, pero me parece que hay que poner sobre la mesa muchas cosas complejas que están antes de las razones que nos cuentan. Sentimos culpa por no cumplir nuestros propósitos, ¿pero quién nos dijo que forzosamente tenemos que hacer metas para cada inicio de año? Nos abruma pagar las cuentas ¿pero quién nos invitó a gastar tanto en diciembre? Nos sentimos soles, ¿pero cómo no vamos a sentirnos así después de un mes dónde tradicionalmente aprovechamos para ver y felicitar a medio mundo?
Si nos pudiera dar un consejo a todas aquellas personas que especialmente nos está costando trabajo comenzar este año —ya sé que dije que no lo haría pero ni modo, cambié de opinión— sería tenernos paciencia y saber que muchas de las cosas que sentimos también son síntoma de cosas que están pasando en el mundo. Es completamente válido sentirnos así. Incluso me parece que lo más valioso de estos días de prevención de la depresión y hablar sobre la salud mental, es darnos cuenta que verdaderamente mucha gente nos sentimos algo miserables. Y tal vez suene feo, pero me gusta la idea de poder acompañarnos en esos momentos y echarnos porras colectivas.
Quisiera que nos diéramos la oportunidad de ir un poco más lento, pero sé que no todas las personas nos podemos dar el lujo de parar, lo cual me parece lo más triste del asunto. Pero no olvidemos que la tristeza y aquellos días en los que parece que no sabemos de dónde estamos robando las ganas para levantarnos, también son formas en que nuestro cuerpo y sentimientos nos están intentando decir algo. Por lo menos, sí tomémonos el tiempo de escucharlos.