Arrancó la COP 29 en Bakú, Azerbaiyán

El hecho de que esta cumbre climática se realice en un país petrolero está desatando preocupaciones sobre qué tan eficiente será esta conferencia.  

En sus marcas, listooos.... 

Este lunes, 11 de noviembre, arrancó la COP29 en Bakú, Azerbaiyán, un país cuya economía depende en un 90% del petróleo y el gas. ¿El objetivo de esta cumbre climática? Que más de 190 países se comprometan a actualizar sus metas de reducción de emisiones (NDC) y asegurar financiamiento climático para que las naciones en desarrollo, las más afectadas por el cambio climático, reciban el apoyo necesario.

¿Y cómo van con ese tema? 

En 2009, se estableció que los países ricos aportarían $100 mil millones de dólares anuales a este fondo. Sin embargo, ha costado mucho cumplir con esta meta. Imagínate que en 2020 se recaudaron más de 83 mil millones pero ahora, como la crisis climática ha escalado tanto que los países en desarrollo, recientes estudios señalan que se necesitarán entre $500 mil millones y más de un billón de dólares anuales para hacer frente a este tipo de problemáticas.  

Las red flags del evento 

Primero: esta cumbre se celebra en un petroestado, lo que supone dudas sobre la sinceridad del compromiso climático global. Aunque, viéndolo de otro modo, es una oportunidad para discutir cómo las economías fósiles podrían transitar hacia energías limpias. Además, habrá que observar el papel de los lobbies en el evento. ¿Los topas? Son grupos de presión que usan tácticas como el astroturfing, creando movimientos “ciudadanos” que aparentan apoyar los combustibles fósiles. También promueven términos como “neutralidad tecnológica” y “seguridad energética” para hacer ver al petróleo como algo esencial y restarle urgencia a la transición hacia renovables.

Estaremos bien pendientes sobre cómo van avanzando estas negociaciones, así que si quieres estar al corriente de tooodos los chismes que ocurran en las próximas semanas, síguenos en nuestra cuenta de Instagram. 

Vía: HRW, Aminstía Internacional, El Economista, Reuters, La Jornada, Contra Réplica, Europa Press,  Euronews

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