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¿Qué sostiene la violencia?
Las preguntas que nos debemos seguir haciendo después de Adolescencia.

Como era de esperarse, todo el mundo está hablando de Adolescencia en redes sociales. Se comenzó por elogiar la calidad técnica de la serie, sobre todo por sus planos secuencia tan bien logrados, posteriormente cayeron los análisis y debates alrededor de los temas que plantea la serie. Si bien se ha hablado de la personalidad del personaje principal, los incel, la masculinidad y el impacto que tiene el contexto, mientras veía la serie no podía dejar de preguntarme: ¿cómo es que llegamos aquí?
Tengo claro que cuando hablamos de series, al final del día, estamos hablando de ficción. La serie está inspirada en casos reales y habla de situaciones que —lamentablemente— también son muy reales, pero siguen siendo ficción. Entonces, ¿por qué nos alarma tanto? Para este punto seguramente sabes que la serie habla sobre un chico de 13 años que es acusado de asesinar a una de sus compañeras. A lo largo de los cuatro capítulos nos muestran indicios que llevaron a Jamie a cometer este acto y así se introduce uno de los temas más hablados a raíz de la serie: los incel y la machosfera.
Los incel (acrónimo en inglés de involuntary celibates, en español celibatos involuntarios) y la machosfera se refieren a este grupo que se ha formado en redes sociales que consideran los movimientos feministas y el avance en derechos humanos, específicamente en temas de género, como una forma de dominación hacia los hombres. Consideran que todos estos movimientos son una forma de engañarles y los motivan a retomar el poder que se les ha arrebatado. En específico, el movimiento de los incel promueve esta idea de que hay hombres que siguen siendo vírgenes no por elección, sino porque las mujeres sólo se fijan en un tipo de hombre, que no corresponde a la mayoría. Hay tantas razones por las que esto resulta tan peligroso y por lo que, después de ver Adolescencia, muchas personas cundieron en pánico por sus jóvenes. En lo personal, una de las cosas que más me preocupa respecto a esto es el hecho de que, antes de la serie, yo tampoco sabía qué era un incel o a qué se referían con machosfera.
“Las redes sociales nos dan una sensación de identidad y de pertenencia porque al estar conformadas por un algoritmo que se alimenta de nuestras propias creencias y de nuestros propios pensamientos es como estar en frente de un espejo que todo el tiempo nos está confirmando quiénes somos. Pero qué pasa cuando esa confirmación de quiénes somos alude a pensamientos violentos o pensamientos que no aceptan que una persona haga cosas distintas a las que tú consideras que están viendo”.
Como adultes, hablamos del riesgo que existe en redes sociales, pero aún así a veces parece que no nos damos cuenta del impacto que tiene el algoritmo en lo que consumimos. Valdría la pena preguntarnos cómo es este uso de redes sociales con personas que crecieron con ellas. Posiblemente muches de nosotres aún recordamos cómo eran las cosas antes de Instagram y sobre todo antes de TikTok, pero chicos de la edad de Jamie crecieron en un mundo donde la principal forma de socialización es esta. Es por esto que, la decisión creativa de mostrar a la familia de Jamie como una familia tranquila y aparentemente no violenta es una de las razones principales por las cuáles esta serie ha tenido tanto impacto.
“Normalmente cuando analizamos estos casos se cree que es claro que Jamie va a venir de un entorno en donde fue abusado por mucho tiempo, o que su papá o familia era claramente violenta, machista o misógina o recibía bullying en la escuela de una manera mucho más visible. Sin embargo, la serie es muy clara en las sutilezas de esta violencia y cómo las ideas van siendo estructurales”.
Cuando nos topamos con estos casos, siempre tratamos de buscar culpables, empezando por la familia o la personalidad del asesino. Mientras veía la serie, especialmente durante el capítulo de la entrevista, no pude evitar sentir una tremenda frustración ya que, como psicóloga, pude imaginarme perfectamente como ahora estudiantes y docentes de Psicología y Psicoanálisis tomarán ese capítulo para analizar los “rasgos sociopáticos” de Jamie. Como bien nos comparte Natalia Riestra:
“Creo que una muy mala perspectiva de este caso podría ser ‘pues es que tienen tendencias sociopáticas’ o ‘es que los adolescentes pueden ser psicopáticos’; cuando más bien es entender por qué es que existimos en una sociedad que le permite a los adolescentes llegar a tener comportamientos así. Y los tienen porque se normaliza la violencia y posiblemente están en un entorno en donde a través del acceso al internet pueden asumir pensamientos y creencias, así como expresar deseos en torno a las relaciones, sobre todo las relaciones con las mujeres, relaciones que son misóginas, machistas y violentas”.
Concuerdo profundamente que sería un mal abordaje y además se estaría perdiendo el punto. Es momento de que como sociedad nos empecemos a hacer responsables de lo que nos toca y las cosas que hacemos en nuestro día a día que permiten que estas violencias se sigan sosteniendo. En la serie, la detective en un momento dice que todo el mundo lo va a recordar a él, pero nadie va a recordarla a ella, refiriéndose a la víctima. Esto me parece hasta una misma crítica para el mismo Netflix porque ¿cuántos documentales hay sobre asesinos seriales? ¿Cuántas películas de estos casos se han tomado para hacer perfiles psicológicos? ¿Cuántas veces más voy a ver los nombres de hombres que ejercen violencia en los titulares más vistos de Netflix? Mientras que las víctimas siguen quedando en el olvido.
No estoy diciendo que hablar sobre posibles casos como el de Jamie no sea importante, al contrario; creo que nos da mucha claridad para poner sobre la mesa temas que son necesarios de hablar, pero que también son incómodos. La realidad es que sería más fácil decir que Jamie está enfermo o trastornado o que su papá es una mala figura, pero para mí seguiría volando la pregunta de cómo llegamos a ese primer capítulo donde un cuerpo armado le apunta a un niño de 13 años acusado de asesinato.
Durante un tiempo me daba mucha tranquilidad pensar que se estaba trabajando mucho para visibilizar la violencia que vivimos las mujeres y cómo los diversos sistemas nos oprimen. Me emocionaba mucho saber que la sociedad iba a ser mucho más amable con las generaciones que siguieran y que iban a tener acceso a muchas herramientas. Pero ahora vivimos un genocidio en tiempo real y tenemos un Trump en la presidencia de Estados Unidos que difunde discursos de odio a diestra y siniestra. Debo admitir que yo fui lo suficientemente ilusa para creer que no había forma de que ganara… ¿Cómo ganó? ¿Qué acaso no estábamos todes en la misma página progre y en pro de los derechos humanos? Yo también caí en la trampa de mi algoritmo y las redes sociales.
Entonces, ¿qué podemos esperar de unos chicos de 13 o menos cuando se topan con estos círculos en redes? Me rompe el corazón pensar que la información que obtienen de las redes sociales es que nunca van a ser suficiente para agradarle a alguien y que su valor como persona se medirá sólo en su vida sexual. Y que cuando busquen respuesta en otros referentes reales de su vida, no los van a encontrar. Pero sobre todo me duele que estos jóvenes —y adultos— sigan aprendiendo que la mejor forma de relacionarse es a partir de la violencia. Claro que nos alarma esta serie porque nos muestra una expresión de violencia extrema, pero siendo honestes ¿acaso no estamos viendo cómo se relacionan los chicos adolescentes todos los días? ¿No nos preocupa?
“Hay muchas sutilezas en la serie que hablan sobre cómo tienes que ser como hombre para ser visto, para parecer guapo, atractivo, ser divertido o ser sexualmente activo. El hecho de ver fotos de otras chicas que se van pasando, que dé risa y además que quieran compartirlas. Entonces estamos hablando de un entorno que va mandando un montón de mensajes de pronto más o menos sutiles que van sosteniendo la violencia que se va construyendo en Jamie.”
“Hay muchas sutilezas en la serie que hablan sobre cómo tienes que ser como hombre para ser visto, para parecer guapo, atractivo, ser divertido o ser sexualmente activo. El hecho de ver fotos de otras chicas que se van pasando, que dé risa y además que quieran compartirlas. Entonces estamos hablando de un entorno que va mandando un montón de mensajes de pronto más o menos sutiles que van sosteniendo la violencia que se va construyendo en Jamie”.
En el último año nos hemos topado con pared con esta verdad incómoda. Por más que hemos avanzado en la lucha por los derechos humanos y en la visibilización de la violencia —lo cual sí ha sido fundamental— algo está pasando que toda esta información y herramientas no está llegando a los hombres y jóvenes en general. Y si es que llega, es demasiado tarde. Qué bueno que una serie como Adolescencia nos está poniendo hablar de estos temas, pero antes de irnos por la tangente y analizar la personalidad de Jamie o seguirle dando vueltas a cómo rayos proteger a la juventud de cosas como la machosfera, hay que atender urgentemente el hecho de que los chicos en las generaciones que vienen son cada vez más conservadores y por lo tanto, misóginos y violentos. ¿Qué hacemos con esta generación que creció con el concepto de la cancelación? ¿Qué hacemos cuándo saben perfectamente qué es la violencia de género, pero en realidad no entienden de dónde viene o qué implica?
Creo que sólo me quedo con la esperanza de que a partir de estas conversaciones también tengamos conversaciones genuinas con estos chicos y que, ojalá, algún día tengan que dejar de hacer series como esta para reflejarnos algo que como sociedad no queremos ver.
“Creo que es importante partir de que sí hay aspectos de la sociedad que están profundamente enfermas y profundamente dañadas con las cuales los adolescentes y cualquier persona puede llegar a identificarse”.
1 Para este artículo se consultó la opinión de dos psicólogas especialistas en el tema de redes sociales y masculinidades: la maestra Alejandra Barahona (@psic.alebarahona) y la maestra Natalia Riestra (@sexo_y_aparte).
2 Eyzaguirre, Antonia. “La brecha ideológica que divide a la Generación Z”. La Tercera: 2024. Disponible en: https://www.latercera.com/paula/la-brecha-ideologica-que-divide-a-la-generacion-z/#
3 Grillo, Ioan. “‘Adolescencia’ es una buena serie, pero no es realista”. Letras Libres: 2025. Disponible en: https://letraslibres.com/cine-tv/ioan-grillo-adolescencia-es-una-buena-serie-pero-no-es-realista/
4 Ávila Bravo-Villasante, María. “Machosfera, discursos de odio y algoritmización de la esfera pública”. Teknocultura. Revista de Cultura Digital y Movimientos Sociales: 2023. Disponible en: https://revistas.ucm.es/index.php/TEKN/article/view/90501/4564456568284