¿Qué esperar de la 79 Asamblea General de las Naciones Unidas y de la Cumbre del Futuro?
El 79 periodo de sesiones de la Asamblea General tiene lugar en un momento de creciente complejidad del escenario internacional. Además de las guerras en Ucrania, Gaza y Sudán, se acumulan los conflictos violentos de difícil solución al interior de muchos Estados
¿Qué esperar de la 79 Asamblea General de las Naciones Unidas y de la Cumbre del Futuro?
El 79 periodo de sesiones de la Asamblea General tiene lugar en un momento de creciente complejidad del escenario internacional. Además de las guerras en Ucrania, Gaza y Sudán, se acumulan los conflictos violentos de difícil solución al interior de muchos Estados.
La Asamblea General de las Naciones Unidas es el órgano más importante y representativo de la Organización, porque forman parte de ella sus 193 estados miembros, en la que cada uno tiene derecho a un voto, sin distinción entre naciones grandes y pequeñas, régimen político, capacidad económica, recursos naturales, tamaño de su territorio o de su población, su cultura, historia o religión. La Asamblea es el reflejo del principio básico del derecho internacional y uno de los pilares en que se asienta la organización: la igualdad jurídica de los estados. Es un reflejo del ideal democrático a nivel internacional.
Cada año, la Asamblea General se reúne a partir del tercer martes de septiembre, para examinar los temas inscritos en su extensa agenda. Este año, la Asamblea celebrará su 79 periodo ordinario de sesiones y, en el temario se encuentran casi todos los temas que son causa de preocupación inmediata en el mundo actual, desde los conflictos en Ucrania, Gaza, y Sudán, hasta los posibles usos de la inteligencia artificial, pasando por las consecuencias del cambio climático, la pérdida acelerada de la biodiversidad del planeta, y la protección internacional de los derechos humanos.
Los periodos de sesiones de la Asamblea General son similares a las sesiones anuales de los congresos nacionales: se realizan extensos e intensos debates sobre una gran variedad de temas, sobre los que los países, o grupos de países, presentan propuestas de acción que, en caso de ser aprobadas por la mayoría de los estados miembros, se convierten en resoluciones de la Asamblea General.
Con excepción de las resoluciones en materia presupuestaria, o aquellas que constituyen instrucciones para el secretariado, el cumplimiento de las resoluciones de la Asamblea General no es obligatorio para todos los estados, de acuerdo al derecho internacional y la práctica establecida a lo largo de los años. Pero no hay duda de que las resoluciones de la Asamblea General, sobre todo aquellas que son aprobadas por unanimidad, o por una amplia mayoría, sí reflejan el “sentir”, o la opinión mayoritaria de la comunidad internacional.
El 79 periodo de sesiones de la Asamblea General tiene lugar en un momento de creciente complejidad del escenario internacional. Además de las guerras en Ucrania, Gaza y Sudán, se acumulan los conflictos violentos de difícil solución al interior de muchos Estados; se profundizan el estancamiento y las crisis económicas en muchos países en desarrollo en situación de insolvencia; crece la amenaza del calentamiento global, y hay síntomas de que nuevas pandemias pueden ocurrir en cualquier momento. Como consecuencia de estos factores, crecen las corrientes de refugiados y poblaciones desplazadas.
Pero en esta reunión de la Asamblea General, que pronto dará inicio en su sede en Nueva York, hay también señales de esperanza, que demuestran que la imaginación, la creatividad y la capacidad de la humanidad para enfrentar, administrar y eventualmente resolver los grandes retos internacionales no se ha perdido. Este año el factor esperanza se encuentra en la celebración de la “Cumbre del Futuro” que tendrá lugar los días 23 y 24 de septiembre próximo, a la que asistirán alrededor de 150 jefes de estado y de gobierno de todo el mundo, docenas de cancilleres, los líderes de las organizaciones gubernamentales internacionales que forman parte del sistema de las Naciones Unidas (BM, FMI, OMC, UNESCO, FAO, OIT, UNCTAD, OMPI, OMI, entre muchas otras), así como líderes de organizaciones civiles internacionales, del sector privado, de la academia, sindicatos, y asociaciones religiosas.
¿Qué es la Cumbre del Futuro? Es una conferencia internacional especial para tratar de acordar medidas para promover el bienestar de las personas y la preservación del planeta. Es un llamado a todos los jefes de estado y de gobierno del mundo a que, por lo menos por unos días, dejen de pensar en su propio futuro político inmediato, o exclusivamente en los intereses nacionales de su país, y piensen en medidas que deben tomar hoy para entregar un mundo más sostenible, estable y seguro para las próximas generaciones.
La Cumbre del Futuro se centra en la implementación efectiva de la Agenda 2030 y los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) aprobados por la misma Asamblea General de las Naciones Unidas hace nueve años, en septiembre de 2025. La Cumbre se celebrará como la etapa final de un proceso iniciado por el Secretario General de la ONU en 2021, cuando lanzó su documento “Nuestra Agenda Común” en que propuso una serie de acciones y compromisos, basados en la cooperación y el derecho internacional, que los estados podrían adoptar para enfrentar los principales desafíos de nuestra época, en materia de paz y seguridad internacionales, promoción del desarrollo sostenible y de los derechos humanos de todas las personas. https://www.un.org/es/content/common-agenda-report/
La celebración de la Cumbre representa la convicción compartida entre muchos gobiernos de que los principales retos internacionales son superables, si los tomadores de decisiones asumen sus responsabilidades y toman hoy las decisiones apropiadas. La tesis subyacente de los documentos que serán presentados a la Cumbre es que las guerras, los conflictos violentos, la destrucción del medio ambiente, las pandemias y las crisis económicas, en realidad son el resultado de falta de atención a las principales causas de un mundo inestable e insostenible, como son la pobreza extrema, el hambre y la malnutrición, la explotación irracional de los recursos naturales, las persistencia de grandes desigualdades sociales y de género, la agresión y la violencia del crimen organizado, y la discriminación y exclusión sistemática del desarrollo de poblaciones enteras.
La Cumbre ha sido cuidadosamente preparada a lo largo de tres años. Han tenido lugar docenas de reuniones de expertos, consultas a los gobiernos y negociación de los documentos finales entre representantes de todos los estados. Se espera que la Cumbre apruebe tres documentos finales que, al momento de escribir estas líneas, se encuentran en “formato de silencio”, es decir, que si ningún estado objeta su contenido en los próximos días, serán aprobados sin votación al inicio de la Cumbre el próximo 23 de septiembre: el Pacto para el Futuro; la Declaración sobre las Generaciones Futuras; y el Pacto Digital Global. Los tres documentos pueden ser consultados en https://www.un.org/es/summit-of-the-future
La Cumbre representa, en última instancia, un compromiso de las generaciones actuales con el futuro de la humanidad, con las generaciones jóvenes y con aquellas que aún no han nacido.
SOBRE EL AUTOR
El embajador Ruíz-Cabañas es actual director de la Iniciativa sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible en el Tecnológico de Monterrey. Ha sido miembro del Servicio Exterior Mexicano desde 1979 y ha ocupado cargos clave como secretario en la ONU, embajador en Japón e Italia y subsecretario para Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos. Tiene estudios en Relaciones Internacionales y Ciencia Política.