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Rumbo a los Oscar: Mejor Película

Llevo un par de semanas intentando ponerme al corriente con las películas nominadas a los Premios Oscar, pero me he visto superado. Aún no termino y no puedo escribir tantas columnas. Así que, con su permiso, acabo de decidir unilateralmente que me van a acompañar en este proceso. 

Al momento de escribir esta columna alcancé a ver seis de las diez nominadas: Dune. Parte 2, Cónclave, Anora, Emilia Pérez, La sustancia y Wicked. Me faltan El brutalista, Aún estoy aquí, Nickel Boys y Un completo desconocido. Con eso en consideración, esta es mi opinión.

Cónclave: La maestría de la sutileza

Murió el Papa. Con eso, el Cardenal Lawrence (Ralph Fiennes) recibe el encargo de coordinar la elección del nuevo Papa. Así inicia la película y termina con la elección del nuevo pontífice. ¿En medio? Todo un drama político al nivel de House of Cards en el que las figuras más poderosas de la iglesia católica conspiran y navegan escándalo tras escándalo (¿quién lo hubiera visto venir?) tratando de llevarse la mejor rebanada del pastel. 

No estoy seguro todavía de que Ralph Fiennes (Voldemort, pa’los compas) vaya a ganar el premio a Mejor Actor, porque para eso muchas veces se requiere hacer una campaña cuasi política que él decidió no hacer. O, bueno, la hizo a su manera: que mi trabajo hable por mí. Y si a esas vamos, tendría la categoría más que merecida. Qué manera de encarnar, en un personaje tan aparentemente calmo, a un tipo que nunca sé si es bueno, malo, un gran político o sólo un tipo ingenuo. 

Pero lo que más disfruté fue el guion (nominado a Mejor Guion Adaptado que, espero, deje sin una estatuilla más a Emilia Pérez). Es muy difícil marcar cada beat, cada momento determinante de la historia, con una sutileza tan fina que la pierdes si volteaste a ver tu celular dos minutos. Pero Cónclave lo logra. No sólo eso: son momentos potentes. Son gestos de una gran historia. 

No voy a mentir, mi TDAH y yo batallamos un poco para verla. Sin embargo, volvería a hacerlo y creo que es de las películas que más sorpresas pueden dar este 2 de marzo.

La sustancia: Qué bien le viene el reconocimiento al horror

Elizabeth Sparkle (Demi Moore), una actriz que ve en declive su carrera, se encuentra con una substancia que promete darle una versión suya más joven, hermosa y, aparentemente, mejor en todo aspecto imaginable. “El terror corporal: La poderosa re-lectura feminista de [Coralie] Fargeat”, se lee en IMDB.

El género del horror para mí es un gusto reciente y adquirido. Como quien aprende a amar el café por necesidad. Sin embargo, lo agradezco porque históricamente, aunque ninguneado, el horror es uno de los géneros que más ha innovado en las formas de hacer cine —tan sólo en el avance de efectos especiales podríamos hablar por horas—. Pero también ha sido de los géneros más políticos y para mí eso es más importante: contar mejores historias.

Y eso hace La sustancia. De forma que, para todas las mujeres con que he discutido la película, la escena más impactante no es la más grotesca, visceral o gráfica. No. Es la secuencia en que Elizabeth se prepara para ir a una cita, se maquilla y desmaquilla, no contenta con su apariencia, hasta que de a tiro decide no ir.   

Y es por este tipo de impacto, por lo capaz que es de hacer al público sentirse identificado, que creo que es la película más importante de las nominadas. No creo que vaya a ganar porque no es un género que suela premiarse. Sin embargo, sí creo que, a diferencia de otras películas que ganan y olvidamos en un par de años, La sustancia se convirtió en un clásico instantáneo y entró en el tipo de películas que discutiremos todavía dentro de 100 años. 

Emilia Pérez: Guácala, que pierda todo

Mentiría si dijera que no pretendo gastar más energía odiando Emilia Pérez. Pero odiar esta película me da vida y ha sido un gran cable a tierra para no romperme con todo lo horrible que está pasando en el mundo. 

Por lo tanto, he celebrado mucho el declive que ha tenido su protagonista, Karla Sofía Gascón, tras los escándalos que han salido y por los que ya no estoy tan seguro de que vaya a ser la gran ganadora de la noche. Sin embargo, por mucho que lo celebre, tengo que advertirle algo a los fieles haters de la cinta.

Karla Sofía Gascón es una mini-boss a vencer en el fune a esta película y ahora está siendo un chivo expiatorio de Netflix para maquillar los problemas reales de la cinta: la insensibilidad artística, el negar y silenciar las voces legítimas… bueno, ya tengo una columna al respecto. Me parece lamentable que en todo el declive Netflix escoja tirar abajo del autobús a la única mujer trans del elenco. No porque ella no sea una persona horrible, sino porque es un ejemplo más del problema: que se jodan las minorías, nosotros vamos a seguir haciendo dinero con sus dolores. 

Wicked: Un musical de verdad

La sinopsis en IMDB dice: La historia de cómo una joven de piel verde es incriminada por el Mago de Oz y se convierte en la Malvada Bruja del Oeste. La primera de una adaptación cinematográfica en dos partes del musical de Broadway.

Me encantan los musicales. Me dan vida y me hacen sentir que aún queda algo de esperanza en el mundo —menos Emilia Pérez, esa cosa es tan musical como yo soy Henry Cavill—. Por lo mismo, me da mucho gusto y me sorprende lo bien que le ha ido a Wicked en la temporada de premios (aunque no lo nominaron en los Oscars, Jon M. Chu se ganó el premio a Mejor Director en los Critics Choice Awards). Sobre todo porque cada nominación y premio ha sido más que merecido. 

No sólo en cuanto a música. El diseño de producción, la forma en que crearon el mundo de Oz, las actuaciones, el diseño de vestuario, la DIRECCIÓN. ¿Qué les digo? Vean esta película si quieren darse una pausa de este mundo tan horrible. 

Dune. Parte 2: Oda a la Ciencia Ficción

Dune 2 es la película que más he visto este año de las nominadas. Fácil, me la eché cinco veces en los últimos meses. Y seguramente lo haga unas veces más (después de ponerme al corriente con las nominadas). Y creo que eso es tan importante como las nominaciones en sí: es una cinta que vamos a seguir viendo en los años por venir. No una película que sólo críticos y mamadores van a alabar y reconocer, pero una que resuene con la audiencia en general. 

Amo la ciencia ficción y ya lo dije en su momento: Dune 2 es el mejor exponente de ciencia ficción que he visto en mucho tiempo y creo que nadie, en los últimos años, domina el género como Denis Villeneuve. Y eso no es poca cosa porque el sci-fi es un género inherentemente político. Es un espacio en el que la narrativa ha cuestionado las mayores atrocidades de nuestra historia y hoy en día eso es más valiosa que nunca. Y qué mejor que Dune para llevar la batuta. 

No creo que gane tanto como debería, pero espero que lo haga. Por mi parte, sé que se unirá al Señor de los Anillos como esas películas que tengo que ver religiosamente tres veces al año. 

Y bueno. Eso es todo por ahora. Me seguiré poniendo al corriente y en las próximas semanas hablaré de las cintas de Animación, las que me faltan a Mejor Película, algunas otras que no llegaron a Mejor Película, pero bien lo hubieran merecido. Ya si no es mucho pedir, y quieren un rant sobre lo político de estos premios, me dicen y lo hacemos. 

SOBRE EL AUTOR

E. Hauvery Cetina Karsten es un escritor y guionista mexicano, apasionado del cine y la comedia. Escribió el libro de poemas Nuestro sueño estéril y dirigió el cortometraje Casa Vacía