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Smart contracts y su validez en el sistema legal mexicano
La aplicación de contratos inteligentes presenta tanto beneficios como retos, especialmente en el sistema jurídico mexicano. Valeria González nos cuenta más sobre su uso.
Smart contracts y su validez en el sistema legal mexicano

Pexels: Olia Danilevich
Con el avance de la tecnología y el uso creciente de blockchain, los contratos inteligentes o smart contracts han ganado relevancia en diversos sectores. Estos acuerdos autoejecutables representan una transformación en la forma de contratar, especialmente en sectores donde la rapidez y transparencia son esenciales. Sin embargo, en México, su marco legal aún presenta lagunas y retos importantes para validar su uso y reconocer su validez jurídica.
Los smart contracts son acuerdos codificados que se ejecutan automáticamente cuando se cumplen ciertas condiciones, sin la intervención de terceros. Su funcionamiento se basa en la tecnología blockchain, una base de datos descentralizada e inmutable que asegura la integridad y transparencia de los datos almacenados. Los contratos inteligentes permiten la ejecución automática y segura de acuerdos, eliminando la necesidad de intermediarios.
Marco jurídico mexicano para smart contracts
En México, la legislación existente en materia contractual, representada principalmente por el Código Civil Federal y el Código de Comercio, no aborda de manera específica los contratos inteligentes, aunque sí regula los contratos digitales y electrónicos. Estos contratos deben cumplir con elementos tradicionales de validez como consentimiento, objeto lícito y, en algunos casos, formalidad.
La Ley de Firma Electrónica Avanzada permite que firmas digitales sean válidas siempre que garanticen autenticidad y seguridad, lo que podría aplicarse a smart contracts. Además, principios como la neutralidad tecnológica y la equivalencia funcional han sido reconocidos en el sistema legal mexicano, sugiriendo que un contrato digital tiene el mismo valor que uno en papel. Esto representa una ventaja para la adopción de contratos inteligentes, que también operan digitalmente.
A pesar de sus ventajas, los smart contracts presentan desafíos específicos en el marco jurídico mexicano:
1. Interpretación y pruebas en disputas legales: La ausencia de normativa específica genera incertidumbre sobre cómo los tribunales interpretarían un contrato autoejecutable. Aunque el Código de Comercio y la Ley de Firma Electrónica reconocen las firmas electrónicas, los contratos inteligentes pueden requerir un soporte adicional, como contratos en texto tradicional, para garantizar su admisibilidad como prueba en casos de disputa.
2. Error y fallos en la ejecución automática: Los contratos inteligentes son rígidos en su ejecución. Esto significa que si existen errores en la programación o si las condiciones no se cumplen adecuadamente, el contrato podría ejecutarse de manera imprevista. Los errores en el código podrían interpretarse como vicios del consentimiento, un elemento esencial para la validez de los contratos en México.
3. Protección de datos personales: La Ley Federal de Protección de Datos Personales en Posesión de los Particulares establece criterios de confidencialidad y seguridad para el manejo de datos. Dado que los contratos inteligentes pueden involucrar datos personales y transacciones transfronterizas, su cumplimiento con las normativas de privacidad podría convertirse en un reto si no se implementan correctamente medidas de seguridad en la blockchain.
4. Jurisdicción y competencia: Los contratos inteligentes pueden estar sujetos a varias jurisdicciones si se utilizan en una red blockchain global. La falta de normativa específica en México deja abierta la cuestión sobre cuál sería la autoridad competente en caso de disputa, dificultando el acceso a la justicia para las partes involucradas.
Algunos países han avanzado en la regulación de los contratos inteligentes, estableciendo un marco claro para su uso. En Estados Unidos, ciertos estados como Arizona y Wyoming han reconocido la validez de los contratos inteligentes en su legislación. En la Unión Europea, iniciativas específicas han fomentado la investigación y estandarización de blockchain y contratos inteligentes.
Estos ejemplos internacionales destacan la importancia de una normativa que permita el desarrollo de smart contracts en México, promoviendo su seguridad jurídica y estimulando la innovación en sectores financieros, inmobiliarios y de servicios.
Beneficios potenciales de los smart contracts
Los smart contracts tienen aplicaciones prácticas en diversas industrias, y sus beneficios son evidentes en casos de uso que ya forman parte de la vida cotidiana. Un ejemplo de ello se encuentra en el ámbito de los videojuegos basados en blockchain. En estas plataformas, los smart contracts permiten a los jugadores realizar transacciones seguras para la compra, venta y transferencia de activos digitales dentro del juego, como personajes o skins. Por ejemplo, cuando un jugador adquiere un arma especial, el contrato inteligente se activa y transfiere automáticamente el bien al comprador una vez recibido el pago, sin necesidad de intervención de terceros. Este mecanismo garantiza transacciones seguras y transparentes, además de otorgar a los jugadores la propiedad real de sus activos virtuales.
Otro ejemplo es el de las plataformas de música en streaming que utilizan blockchain para asegurar pagos justos y automáticos de regalías a los artistas. Cada vez que una canción se reproduce, un smart contract se activa y distribuye las regalías entre los creadores, eliminando la necesidad de intermediarios y asegurando que los artistas reciban su compensación de manera justa e inmediata.
Estos ejemplos cotidianos resaltan el potencial transformador de los smart contracts y cómo pueden beneficiar tanto a usuarios como a creadores al reducir costos, aumentar la transparencia y garantizar el cumplimiento automático de los acuerdos. Sin embargo, su adopción en México requeriría una normativa que contemple los aspectos técnicos y jurídicos específicos de estos contratos, para asegurar que la innovación avance en armonía con la seguridad jurídica.
Para conectar los beneficios de los smart contracts con el contexto legal y los retos que enfrentan en México, podemos destacar cómo las ventajas operativas de estos contratos también representan una oportunidad para abordar las lagunas jurídicas mencionadas.
Por ejemplo, la reducción de costos y tiempos de ejecución responde directamente a la necesidad de mejorar la eficiencia en procesos legales y comerciales en México, lo que facilitaría el acceso a acuerdos más rápidos y accesibles sin depender de intermediarios tradicionales. Este beneficio podría incentivar la creación de una normativa que facilite la adopción de los smart contracts al permitirles ofrecer estos ahorros de manera segura.
Asimismo, la transparencia y seguridad inherentes a la tecnología blockchain de los smart contracts ofrecen una herramienta poderosa contra la manipulación y el fraude en contratos.
Por último, el cumplimiento automático de los smart contracts apoya el principio Pacta sunt servanda (los pactos deben cumplirse, en latín), promoviendo la certidumbre en los acuerdos sin intervención de un tercero. Este cumplimiento podría asegurar que los contratos autoejecutables tengan un mayor peso jurídico en México, siempre que se desarrollen regulaciones claras sobre cómo manejar errores en su programación.
Para que estos beneficios realmente se materialicen en el marco mexicano, es esencial que los legisladores trabajen en una normativa que no solo reconozca a los smart contracts, sino que aborde los riesgos específicos que plantea su implementación autónoma, asegurando así que la innovación en tecnología contractual avance en armonía con la seguridad jurídica que los usuarios necesitan.