¿Y qué pasa con la reparación del daño?
Sofía de la Paz nos cuenta más sobre el caso de Esmeralda, una niña acusada de homicido tras sufrir un aborto espontáneo.
¿Y qué pasa con la reparación del daño?
Pexels: Yazmin Morales
Es importante que no dejemos de visibilizar el caso de Esmeralda y se exija la reparación del daño, pues ella representa a cientos de niñas.
Desde hace unas semanas se ha visibilizado el caso de Esmeralda en Querétaro, una adolescente de 14 años a la que se sometió a un proceso de más de un año y se le pretendió acusar de homicidio por tener un aborto espontáneo.
Es sabido que el embarazo fue resultado de una violación por parte de un pariente cercano; sin embargo, cuando el caso se compartió por primera vez con la Fiscalía de Querétaro, este hecho no entró en la carpeta de investigación. La Fiscalía, que ahora está bajo el fiscal Victor Antonio de Jesús Hernández, solicitó una condena de tres años para la menor, además de una multa de 518,000 pesos para la reparación del daño al perpetrador de la violación.
No alcanzan las palabras para resaltar la indignación ante este caso que, nuevamente, nos señala todo aquello en lo que está fallando este país en temas de derechos sexuales y reproductivos, además de derechos y protección de las infancias.
Tras un largo proceso, fue apenas este miércoles que la Fiscalía del estado desistió de toda acción penal en contra de Esmeralda. A pesar de que la presidenta Claudia Sheinbaum se pronunció respecto al caso y pidió a la secretaria de la Mujeres, Citlalli Hernández, ponerse en contacto con la familia y el fiscal para solucionar el caso, es importante reconocer que esto es apenas el inicio para la reparación del daño.
Sobre el caso de la niña de 14 años acusada injustamente en Querétaro y que se ha hecho de conocimiento público, informo:
Me reuní con el titular de la @fiscaliaqro y acordamos construir una ruta ágil de solución con el objetivo principal de salvaguardar los derechos y la… x.com/i/web/status/1…
— Citlalli Hernández M (@CitlaHM)
2:51 AM • Oct 29, 2024
Claro que es importante y prioridad el que la condena no procediera, pero pensar que con esto bastará para resolver la problemática que hay de fondo, es querer tapar el sol con un dedo. Debemos resaltar que, como este caso, existen muchos en el país y es un recordatorio de la importancia de la lucha por los derechos sexuales y reproductivos, así como la despenalización y legalización del aborto en todos los estados.
Y si bien se reconoce que la secretaría de las Mujeres haya intervenido, las acciones no deben quedarse sólo en evitar la criminalización del caso, sino que es urgente cuestionarnos el que un caso así haya siquiera existido. El hecho de que nuevamente hablemos de un embarazo adolescente que fue producto de una violación, resalta el constante fallo institucional y del gobierno por garantizar el acceso a la información y educación sexual pertinente, así como la prevención y protección de infancias y adolescencias ante la violencia sexual. No lo digo yo, lo dicen los índices de embarazo adolescente y abuso sexual infantil en México.
El hecho de que además se haya intentando procesar a una adolescente de 14 años por tener un aborto espontáneo y pretender que ella fuera quien reparara el daño a su agresor, es la gota que termina de mojar un vaso que ya está derramado.
“La protección a las infancias no se trata sólo de evitar que sucedan este tipo de situaciones, sino de generar una serie de condiciones e instancias donde ellos y ellas puedan ejercer sus derechos, en este caso sus derechos sexuales y reproductivos. Debemos de garantizar ese tipo de protección, no sólo cuando ya sucedió la situación, sino previamente trabajar en cómo les protegemos para evitar y prevenir estas situaciones”.
Angelica Ramirez Davila, psicóloga social especialista en género y juventudes.
Antes de la intervención por parte el gobierno, las autoridades de Querétaro intentaron constantemente demostrar que la menor era culpable, insistiendo en que no se le estaba persiguiendo por un aborto, sino por el delito de homicidio. Además, la Fiscalía declaró que a partir de sus datos, no había sido víctima de violación.
Sin embargo, ante esto es importante preguntarnos ¿quién mantuvo esta investigación? ¿Cuáles fueron estos datos que determinaban que no se trataba de una violación? Esto es un claro ejemplo de la falta de perspectiva de género al momento de realizar investigaciones.
Además de que ambas declaraciones se desmintieron y que se promete firmar un acuerdo para capacitar al personal de la Fiscalía en temas de género, es importante recordar —porque pareciera que hace falta— que al tratarse de una menor de edad, el problema también radica en la falta de acceso a la información y educación suficiente para poder consentir, la cual sabemos que no posee. Y no sólo ella, sino que es esta misma falla en proveer a la población general de la información necesaria en estos temas que pone en riesgo a muchas otras infancias en el país.
Aunque se prometió que no habría revictimización al tratar el caso, no podemos pretender que no la hubo como cree el fiscal general, ni tampoco podemos pensar que el haber encontrado “una salida alterna” hizo que todo se resolviera. Era claro que la solución tenía que ser que se desistiera de imponer la pena, pero esto no quiere decir que no se hayan transgredido los derechos de la menor.
No nos equivoquemos, después de un año y meses desde que el caso llegó a manos de la Fiscalía y los procesos que enfrentó Esmeralda, es claro que el daño ya está hecho. Se pronuncia públicamente que se representa a todas las mujeres, adolescentes y niñas del país, pero a mujeres como Esmeralda las abandonó el Estado… y desde hace mucho tiempo.
Es por esto que no es suficiente con detener la acción penal. Y es por esto que las agencias de las Naciones Unidas se han ofrecido para acompañar el caso, no sólo desde la defensa del caso, sino también para asegurar la reparación del daño. El logro no se verá reflejado cuando dejen de criminalizar a Esmeralda, sino cuando se tomen las medidas institucionales necesarias para garantizar que esto no vuelva a suceder.
1/2 La violencia sexual es inaceptable. Las mujeres y niñas sobrevivientes deben ser reconocidas como víctimas, y cada caso debe ser investigado y sancionado. Reiteramos nuestra disposición para acompañar casos como el de #Esmeralda, la adolescente de #Querétaro.
— ONU-DH México (@ONUDHmexico)
1:39 AM • Oct 30, 2024
“¿Quién va a reparar el daño causado? El daño causado por la violencia sexual, el daño a su integridad física o el daño psicológico por la criminalización y revictimización que vivió, ni siquiera sabemos cuál es su estado de salud actual, nadie se lo ha cuestionado. Más bien la pregunta es quién va a reparar ese daño y cómo se va a reparar. En ese sentido creo bastante importante el hecho de que se haya llamado al pronunciamiento social de personas civiles, activistas, defensores de derechos humanos e incluso las agencias del sistema de naciones unidas que se han pronunciado en contra de la criminalización del aborto, pero también a favor de la protección integral de niños, niñas y adolescentes (...) justamente para visibilizar esta situación y que lo que se busca no sólo es evidenciarlo sino también ofrecer solidaridad a niñas como Esmeralda. Hay que dar seguimiento para asegurar que sus derechos estén salvaguardados, tanto su integridad física como psicológica, y dar un seguimiento más allá de un pronunciamiento”
Angelica Ramirez Davila, psicóloga social especialista en género y juventudes.
Es importante que no dejemos de visibilizar este caso y se exija la reparación del daño. Nos parece excelente que se proponga un acompañamiento psicológico y una capacitación para el personal de la Fiscalía, pero también se debe hacer la debida investigación del por qué este caso fue por tanto tiempo tratado como un homicidio y no por violencia sexual en primer lugar. Las autoridades deberían rechazar de forma absoluta este tipo de transgresión a la integridad y, por ningún motivo, permitir que una Fiscalía vuelva a poner en tela de juicio la violencia directa y estructural que ha vivido una víctima, tratando de justificar su criminalización.
Estoy harta de ver este tipo de casos y en el fondo saber qué así como éste seguramente hay muchos más que han quedado impunes. Estoy harta de que tengamos que llegar a esto para poder visibilizar un problema tan grande que hay de fondo, como la vulneración constante de nuestros derechos sexuales y reproductivos. Pero sobre todo estoy harta de ver cómo clara y cínicamente la justicia sólo aplica para algunos, mientras que para otras se deben tomar medidas como viralizar el caso para tratar de impedir que no se atenten contra los derechos humanos.
Pero mientras existan las colectivas feministas, las activistas por los derechos sexuales y reproductivos, y las agencias e instituciones que luchan por los derechos humanos, siempre seremos el recordatorio de que las niñas, adolescentes y mujeres NO SE TOCAN.